domingo, 20 de septiembre de 2009

El hombre elefante y la dignidad humana.


Joseph Merrick nació el 5 de agosto de 1862 y falleció en Londres el 11 de abril de 1890. También conocido como "El Hombre Elefante", se hizo famoso debido a las terribles malformaciones que padeció desde el año y medio de edad. Condenado a pasar la mayor parte de su vida enrolado en el mundo de la farándula, sólo encontró sosiego en sus últimos años de vida. A pesar de su desgraciada enfermedad, sobresalió por su carácter dulce y educado, así como por una inteligencia superior a la media que sólo pudo demostrar en sus postrimerías. Aunque todavía no se sabe con absoluta certeza, se cree que Joseph pudo haber padecido una grave variación del Síndrome de Proteus, del cual podría representar el caso más grave conocido hasta el momento.

Sufriendo todo tipo de humillaciones y maltratos fue parte de espectáculos de circo. Fue el Doctor Frederick Treves quien lo llevó al London Hospital, donde Merrick pasó los últimos años de su vida.

En todos los homenajes a Josheph Merrick, siempre se cita como el rasgo más significativo de su carácter el coraje que supo imponer desde el primer momento a la inhumana crueldad de su enfermedad. Tampoco dejó de maravillar a sus interlocutores el trato dulce y educado que dispensaba, así como la sensibilidad especial con la que Merrick solía teñir sus impresiones. Llegó a trascender ampliamente el episodio en el que, ya al final de su vida, después de que una mujer le diera por primera vez la mano, Merrick se deshiciera y rompiera a llorar por la intensa emoción que le produjo no sentirse rechazado; sentimiento al que habría que unir la especial admiración que siempre sintió por el sexo femenino. Sin embargo, póstumamente el rasgo que mayor interés ha despertado de la personalidad de Joseph Merrick es cómo después de las humillaciones, las palizas y el ostracismo al que fue sometido, se mantuviera desprovisto de rencor, y siempre consiguiese sobreponer su carácter dulce e inocente.

Los primeros cuatro versos, fueron escritos por Josheph Merrick, en cuyo cuerpo deforme habitaba un alma bella y sensible. Los siguientes versos son del poeta Isaac Watts.

Is true that my form is something odd,
But blaming me is blaming God;
Could I create myself anew
would not fail pleasing you.

If I could reach from pole to pole
Or grasp the ocean with a span,
I would be measured by the soul
The mind´s the standard of the man.

En español.

Es cierto que mi forma es muy extraña,
pero culparme por ello es culpar a Dios;
si yo pudiese crearme a mí mismo de nuevo
procuraría no fallar en complacerte.

Si yo pudiese alcanzar de polo a polo
o abarcar el océano con mis brazos,
pediría que se me midiese por mi alma,
porque la verdadera medida del hombre
es su mente.

Quizá, cerrar los ojos, es la única forma de ver bien.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Solo por amor...de Jorge Bucay

Camino por mi camino. Mi camino es una ruta con un solo carril: El mío. A mi izquierda, un muro separa mi camino del camino de alguien que transita a mi lado.
De vez en cuando en esta pared inmensa veo un agujero, una ventana, una hendidura...
Un día, mientras camino veo aparecer del otro lado del muro una figura que transita a mi ritmo en mi misma dirección. La miro: es una mujer hermosa.Ella me mira. La vuelvo a mirar. Le sonrío, me sonríe. Un momento después, ella sigue su camino y yo me apuro. En la siguiente ventana me detengo un minuto.... Cuando ella llega, nos miramos a través de la ventana, del agujero....le digo con señas lo mucho que me gusta.Me contesta con gestos...creo que me entiende...y continúo mi camino. Empiezo a correr con la vista clavada en el muro. De pronto la veo, está esperándome...le hago un gesto, ella me devuelve un beso en el aire
y sigo caminando
y la vuelvo a ver.
Es ella todo lo que necesito. Quiero pasar al otro lado del muro...pero la puerta es muy estrecha. Paso una mano, paso un hombro, hundo un poco el estómago, me retuerzo un poquito sobre mí mismo, casi consigo pasar mi cabeza...pero mi oreja derecha se atasca. Empujo. No hay forma- no pasa- Y no puedo usar mi mano para retorcerla, porque no podría poner ni un dedo allí.... No hay espacio suficiente para pasar con mi oreja. Tengo que tomar una decisión (porque mi amada me espera) (porque es la mujer con la que soñé toda mi vida) saco una navaja del bolsillo y de un solo tajo rápido, me atrevo a darme un corte en la oreja para que mi cabeza pase por la puerta. Y lo consigo: mi cabeza pasa.Pero ahora tengo el hombro, el que se queda atascado. La puerta no tiene la forma de mi cuerpo. Hago fuerza... Mi mano y mi cuerpo han pasado, pero mi otro hombro y mi brazo ...no pasan..Ya nada me importa así que, tomo impulso y fuerzo mi paso por la puerta... Ya casi estoy al otro lado. Justo cuando estoy a punto de terminar de pasar, me doy cuenta que mi pie derecho se ha quedado enganchado al otro lado. Por mucho que me esfuerzo no consigo pasar. No hay forma. .estoy casi al alcance de mi amada...así que agarro un hacha y apretando los dientes, doy el golpe y desprendo la pierna.Ensangrentado a saltos apoyado en el hacha y con el brazo desarticulado, con una oreja y una pierna menos.- me encuentro con mi amada -Aquí estoy. Por fin he pasado- Me miraste- te miré- me enamoré. He pagado todos los precios por ti. Todo vale la pena en el amor y la guerra- No importan los sacrificios, valían la pena si era para encontrarse contigo mi amada.

Ella lo mira mientras se le escapa una mueca
- Así no-Así no quiero...
A mí me gustabas cuando estabas entero.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Tengo miedo.

Tengo miedo de despertar todos los días a la misma hora,

sentir lo mismo y soñar los mismos sueños,

tengo miedo de que toda la comida me sepa igual.

Tengo miedo de que la vida me pase sin notarlo,

de recorrer todos los días el mismo camino,

con los mismos pasos, tras las mismas huellas, con el mismo cansancio.

Tengo miedo de despertar un día y no saber a donde se me fue la vida,

de descubrirme viviendo una vida que no sea mía,

soñando sueños que jamás soñé.

Tengo miedo de que el viento se lleve tu recuerdo

y de que el tiempo te arrebate mi rostro.

Tengo miedo de sentir que ya no siento nada

y de descubrir un hueco en el lugar del corazón.

Tengo miedo de que la vida te arrebate de mis brazos

y conformarme acariciando tu rostro en mi recuerdo,

sentir tu piel solo en mi memoria.

Y no sé si es miedo a la vida o a la falta de ella,

pero sin ti, el aire que respiro no sería igual.

Comeré, viviré y reiré, pero algo, imperceptible quizá,

aun escapando a mi conocimiento, estará vacío;

y las manos que me acaricien, nunca serán igual.

Y aunque no me prive del calor de otra piel,

no será lo mismo sin tu aroma.

Si tú estás, no importa cuantos labios te hayan besado,

no importa cuantas caricias me hayan regalado,

mi mundo irá bien.

Pero hay algo que temo más que nada en la vida,

más que a la soledad.

Temo que junto a mí, todas tus comidas sepan igual.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Sobre el amor y sus espejismos.

Por todos vivido, por muchos sufrido, por algunos añorado y por pocos padecido, al amor, dedico este escrito.

Michel Quoist, en su libro “Triunfo” nos entrega, lo siguiente:
“A lo largo del camino que lleva al amor, muchos se detienen seducidos por sus espejismos:
Si sientes palpitar fuertemente el corazón ante tal o cual persona, esto no es amor sino sensibilidad.
Si te “dejaste prender” por su poder o en su encanto; si, seducido, “te abandonas”, no es amor sino una rendición.
Si, turbado, te extasías ante se belleza y la contemplas para gozar de la misma; si su espíritu te parece distinguido y buscas el placer de su conversación, no es amor sino admiración.
Si quieres a toda costa conseguir una mirada, una caricia, un beso; si estás dispuesto a todo para tenerla en tus brazos y poseer su cuerpo, no es amor; es un deseo violento nacido de tu sensualidad.
Amar no es sentirse emocionado por otro, sentir afecto sensible por otro, abandonarse a otro, admirar a otro, desear a otro, querer poseer a otro.
Amar, en su esencia, es entregarse a otro y a los otros”.

Letras de Cristal.

Son las palabras las que cambiaron el mundo, las que crearon las historias, las que enamoraron a los poetas y las que desataron las guerras.

Al escribirse, la palabra, etérea, se volvió sólida, se volvió eterna.

Para los que sufren de locura, y para los que padecen exceso de cordura, dedico mis palabras.